Papá no te escondas!




Pues ya sabemos, cada cual carga su mochila y pisando despacito en el terreno de las confesiones y culpabilidades llevaba la mía con una vejez de casi una semana. Pero esas mochilas que no se ven, entienden? No una carga. Esa es la piedra que Sisifo debía acarrear hasta la cima de la montaña y luego rodaba hacia abajo y vuelta a empezar.
Mi mochila portaba el titulo “Papá no te escondas” organizada en las redes por Carlos Escudero Arás, Joaquim Montaner, Paul Almuni y el aporte de muchos padres bloggers para que sus similares pudiesen animarse a largar una letras, a decir un hola, a espejarse con otros.
Al fin y al cabo hombre, el mundo es un pañuelo.
Hablando con padres cercanos podían contarte los detalles de aquí y de allá sobre sus nuevas y practicadas paternidades. Todo se parece hasta que miramos bien, verdad?
Fue cuando escuché en radio a Eduardo Sacheri, gran escritor argentino reconocido por escribir “la pregunta de sus ojos”, novela en la que se basó otra gran obra;“El secreto de sus ojos” de Juan José Campanella.
Recordaba un libro de cuentos de Osvaldo Soriano, otro enorme escritor argentino, “Cuentos de los años felices”. Soriano representaba a un muchacho de unos 14 que esperaba recibir para la navidad una pelota. El Estado peronista se hacia cargo de aquellos regalos y la pobreza impulsaba los deseos de los pequeños en los comienzos de los ´50 s. A la vez, su padre maldecía esas intervenciones estatales y la hipocresía de meterse en alguna lista partidaria para poder trabajar y soñar, en su caso “ con un pedazo de queso para el postre”.
Entre Sacheri y Andy Kusnetzoff, el presentador del programa “ perros de la calle” desenvainaron una frase brillante, filosa, increíble: “Recordamos al padre que construimos”.
En este punto del tiempo es cuando mi mochila se abre y descarga lo que necesitaba oir.
Recordamos al padre que construimos”
Como lo hizo Soriano en su cuento y cada uno en el silencio o el sonido de nuestras intimidades.
Los padres no se esconden. Lucharán a brazo partido con sus fantasmas y tragaran saliva cuando sus hijos corran a buscarlo con una sonrisa para que sea su juguete.Los padres no se esconden porque nadie se esconde del amor más fantástico que alguien pueda darte.
Quisiera recordar a mi padre viniendo con los brazos abiertos y una sonrisa tan poderosa como un scrum. Quisiera sentir ese amor para siempre y que mi hijo lo sienta porque alguna vez salimos a su encuentro con las sonrisas en scrum.
Así lo construirán padres e hijos en cada paso de sus lineas de tiempo
Papá, no te escondas!- gritarán para que los corramos entre risas, saliendo del improvisado escondite

Así será.

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